Sabemos, que el famoso y fastidioso hipo (esa contracción espasmódica involuntaria y repetitiva) se produce como consecuencia de tensiones en el músculo de diafragma, tensiones originadas por diversos motivos, pero que acaban dejando el musculo irritado.
En el cuerpo humano hay un sinfín de puntos que permiten estimular el sistema innato de autorregulación. El Doctor en Osteopatía Franck D. Chapman (1930), encontró una serie de puntos que activaban de forma neuro-refleja el sistema linfático para zonas concretas del cuerpo.
Para mejorar nuestro hipo, bastará con masajear una de estas zonas. En concreto la zona que comprende la cara anterior del esternón (ver figura). No se trata de frotar sobre la piel, más bien, pondremos nuestros dedos sobre el esternón (la porción que puedan cubrir), presionaremos contra el hueso de forma suave, y manteniendo esta presión, aplicaremos un suave movimiento de arriba abajo, tan amplio como nos permita nuestra piel. Iremos repitiendo esto a lo largo de todo el esternón hasta que desaparezca el hipo.
Esta zona se pone muy dolorosa cuando el músculo está muy irritado, así que si duele mucho, la presión la haremos más suave.